En un mundo donde hemos pasado de la reunión presencial a la interacción virtual, se especula mucho sobre el valor que pueden aportar las redes sociales a los negocios. En este post, exploro lo que considero los cuatro aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de diseñar y ejecutar una estrategia de social media en los negocios.


Primero entendamos que cualquier estrategia en redes sociales consume recursos. Hoy día, el mercadeo en medios sociales se paga (pay per click, avisos en Facebook, tweets patrocinados, etc.), se gana (páginas de fans, retweets, linking natural, relaciones públicas, etc.), o se posee (canales de contenido, blogs, micrositios, etc.). Cualquiera de estas avenidas de crecimiento consumirá recursos, tanto humanos como monetarios; el social media no es gratis…. y para tener éxito, se debe perseverar constantemente durante mucho tiempo. El impacto positivo que el social media tenga sobre los negocios no se puede observar de la noche a la mañana, sino sólo a través del tiempo.


Para diseñar y emprender una estrategia en redes sociales alineada con los objetivos organizacionales, es importante considerar los siguientes factores:


Fijar metas de negocio/mercadeo. Es importante establecer objetivos cuantificables para ejecutar la estrategia de social media. Desde los niveles de satisfacción permitida o deseable, hasta los registros de actividades promocionales por ejecutar, o las conversaciones e interacciones positivas obtenidas. Existen muchas métricas que deben alinearse con los objetivos buscados. Si no tiene claro lo que quiere, y como medirlo, no se aventure en el mercadeo por medios sociales. El error más grande observado es cómo los ejecutivos responsables del social media se anticipan a las tácticas y las herramientas, y dejan de lado la planificación y el diseño de campañas.


Mantener la escucha activa. Es importante escuchar e interactuar con las audiencias y segmentos atendidos o por atender. Hay que entender las necesidades de la comunidad así como aprovechar el diálogo para mejorar procesos o diseñar nuevas ofertas de valor. Es importante involucrarse con estas audiencias y generar espacios de intercambio.


Establecer plataformas sociales. Se deben seleccionar los canales de comunicación de acuerdo a la personalidad de la marca, producto o servicio en cuestión y así mismo crear los contenidos adecuados que comuniquen esas características. Se sugiere tener una “base de operaciones” a donde se pueda referir el tráfico y consultar los detalles de la marca o los mensajes; un blog, o sitio corporativo es típicamente el lugar para hacer esto. Los canales como Facebook, Youtube, Twitter, Flickr, LinkedIn y otros deben seleccionarse según el perfil de los clientes y usuarios e involucrar a las audiencias direccionando el tráfico hacia la “base de operaciones” para buscar la conversión deseada.


Involucrarse con las audiencias. Dentro de los objetivos de negocio debe haber espacio para la interacción con clientes, usuarios e incluso detractores de la marca y/o productos. Escoja al equipo correcto, apasionado y empoderado para asumir la interacción. No olvide hacer preguntas, participar en la discusión respetuosa y ofrecer ayuda. Considere la oportunidad y frecuencia de sus interacciones, conectando las audiencias con sus intereses y contenido relevante.  En cualquiera de los casos no haga SPAM, sea considerado con la frecuencia y tono de la comunicación, intentando alinear la conversación con el perfil psico-demográfico  de las audiencias en las redes sociales.