Cuando el gran novelista victoriano Charles Dickens inmortalizó en la apertura de su ‘Historia de Dos Ciudades’ la expresión: “Corrían los mejores tiempos; corrían los peores tiempos” poco se podía imaginar que esta frase describiría casi a la perfección (como los más curtidos reconocerán inmediatamente y los nuevos puede que estén a punto de descubrir) el estado actual del personal branding o marca personal en esta difícil pero prometedora segunda década del siglo XXI.

Corren los mejores tiempo para la marca personal: nunca hemos tenido tanta información y materiales de calidad, nuevas aplicaciones, tecnologías accesibles y modelos exitosos y que funcionan de personal branding al alcance de tod@s no sólo en inglés sino cada vez más en español y muchos otros idiomas.

Corren los perores tiempo para la marca personal: desde que el concepto del personal branding se ha convertido progresivamente en un fenómeno de masas, nunca ha habido una mayor competición por copar los mismos nichos y nunca ha resultado objetivamente tan difícil el generar y atraer la atención en lo que hasta ahora había sido casi un territorio virgen.

El gran visionario Dan Schawbel hizo una declaración solemne en su bestseller del año 2009 ‘Yo 2.0’ que constituye unos de los pilares del personal branding de nuestro tiempo: “Sé siempre tu mismo/a, porque el espacio de los demás ya está cogido y las réplicas nunca valen tanto como el original”. Desde entonces, las reglas de juego han cambiado debido a la progresiva y rápida digitalización de las nuevas generaciones así como a la incorporación a internet y las redes sociales de un gran número de profesionales de todos los tipos y clases. Ya no vale sólo con ser nosotros mismos: necesitamos ser idiosincráticos, diferentes, contar con una presencia estratégica en los social media y transmitir nuestro mensaje de forma potente y diferenciada en universo online cada vez más saturado y competitivo. ‘Diferénciate o muere’ es el nuevo lema de la marca personal.

Y es que los privilegios de los ‘early-adopters’ ya no están con nosotros, y debido a la rápida expansión de las ideas de Dan Schawbel y otros pioneros a ambos lados del Atlántico cada vez nos encontramos con un número mayor de marcas personales atractivas y atrayentes en los social media y otros canales. Si la creatividad siempre ha sido necesaria, jamás ha resultado tan determinante como ahora en este campo. Las circunstancia nos están forzando a todos a entrar en una espiral constante de mejoras, beta-testing permanente y actualizaciones de nuestros espacios webs, fotografías, perfiles y elementos visuales y gráficos para destacar de formas a veces rompedoras, arriesgadas y poco o nada trilladas.

En un mundo perfecto (tal y como el que concibieran Platón o Plotino) la calidad y el valor deberían ser capaces de demostrarse a sí mismos sin ayuda de nada o de nadie. El nuestro, por supuesto, no es un mundo perfecto: aún en el caso de que seas un gran profesional, animado por los mejores valores, una actitud positiva e incluso experiencia demostrada y demostrable, tus oportunidades en el universo online no serán dignas de tal nombre a no ser que consigas un nicho para tu marca que capture la imaginación de tu público objetivo; y todo ello por supuesto siendo radicalmente fiel a ti mismo y no convirtiéndote en una réplica como nos recordó Dan.

De la misma forma que el resto del universo online y offline, el personal branding va a mutar y evolucionar en los próximos años. La aparición en escena de algunos factores como los medidores de influencia online (incluyendo los nuevos sofisticados de pago como Traackr) y los perfiles de los ‘evangelistas’ e ‘influyentes’ me han impulsado a proponer una nueva fórmula del éxito para la marca personal online que ha llegado ya a cuatro continentes y está ayudando a miles de personas. Muchos de mis compañeros están igualmente realizando muy importantes contribuciones en áreas como la selección de personal 2.0, la expertología y otras.

Pero sean cuales fueren los progresos y las nuevas aportaciones que esperemos beneficien al mayor número de personas posibles, hay algo en lo que estamos casi todos de acuerdo: jamás ha existido una mayor presión y urgencia para diferenciarse si queremos de verdad que corran los mejores tiempos posibles para la marca personal. Te invito por tanto a evaluar desapasionadamente tu huella digital y tu presencia online y ver cómo puedes ingeniártelas para comenzar a diferenciarte desde ya. Más pronto que tarde estarás feliz de haberlo hecho.


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