Desde que comenzó la crisis económica, aproximadamente hace tres años, la cautela ha llevado los mercados tradicionales lentamente en la actual estática depresión. Sin embargo y no obstante este entorno negativo, el comercio electrónico sigue creciendo de forma sostenida, como uno de los pocos vectores de crecimiento de la economía. Es por ello, que el consumidor ha ido adaptando sus hábitos a este nuevo medio, práctica que han consolidado la web como el tercer soporte publicitario, apenas por detrás de la televisión y de los periódicos, superando radio y prensa. Todo ello hace germinar la pregunta que todo emprendedor o comerciante debe hacerse: ¿cuánto debo esperar antes de actuar soluciones efectivas en un entorno consolidado?


Es evidente que la web no es una moda, no merita un mayor tiempo de prueba y consecuente aceptación, de hecho su impetuoso ritmo de crecimiento nos debería impulsar a hacernos la pregunta anterior. La web, en realidad, es muy sencillamente un vehículo che conecta millones de personas y en este incesante trafico transita también nuestro potencial “cliente meta”.


Invertir hoy en día en comercio electrónico no es diferente a las estrategias tradicionales que toda empresa o comercio debe actuar en momentos de crisis. No es diferente con un sola excepción: es mucho más económica e inmediata. Para diversificar nuestros canales o sencillamente incursionar en el mundo online, con nuestro productos o servicios, no es necesario invertir grandes cifras en el desarrollo de una plataforma propia, es suficiente analizar la amplia propuesta  que nos brinda el mercado e identificar la solución “llave en mano” que consideramos más acorde a nuestras exigencias.


Estas soluciones muy a bajo costo son propiciadas por plataformas de negocios que brindan diversos niveles de servicios, aunado a todos los beneficios de los cuales, diversamente, deberíamos encárganos nosotros “in company” luego del desarrollo del site: mantenimiento, posicionamiento en los buscadores, publicidad, administración, etc..


En conclusión, es opinión de quien escribe este artículo que la rígida cautela de muchos emprendedores no es la solución para esperar que pase la crisis y quedemos incólumes. Mejor aún, como dicen los italianos “chi si ferma è perduto”: He who hesitates is lost… “El que duda esta perdido”


Nicolas Friscia


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