¡Gracias por objetar mi venta!


Esta afirmación que puede ser tomada por una ironía o una pequeña broma, no tiene nada de las dos. Es la más grande de las verdades.


Quien no objeta algo en un proceso de venta es porque no tiene interés en el tema.


La objeción nos hace saber que quien tenemos adelante por lo menos está interesado en seguir conversando sobre el tema, y en ventas esto es fundamental.


Pero ¿cómo manejar las objeciones? Les paso aquí algunas ideas:


Presente testimonios de clientes satisfechos que alguna vez plantearon la misma objeción.


Responda a la objeción reconociendo ante nuestro interlocutor que es natural que surja, en los casos en donde la transacción acarree algún tipo de riesgo, de dinero, oportunidad etc., es donde mas útiles son las objeciones ya que nos permiten tranquilizar y dar garantías.


Responda a la objeción como a un pedido de más información, no como un cierre de la negociación.


No sienta la objeción como un ataque.


Precise los términos de la objeción para estar seguro de estar entendiendo lo que nos dicen y de esta manera dar una respuesta adecuada.


Escuche las objeciones con tranquilidad y sin mostrar enojo, impaciencia o apuro.


Utilice la objeción para que le ayude a cerrar la venta “si le puedo demostrar que esto no es así, ¿tenemos un trato?


Piense en las objeciones como sus aliadas, por que realmente lo son.

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