Por Sebastián Cristi A.


El actual escenario laboral que hoy se muestra bastante complejo en casi todos los países del mundo se está transformado en un mundo de oportunidades, y la tecnología puede ser tanto un aliado como un enemigo dependiendo de cómo la enfrentemos. No se trata de enfrentar los retos tecnológicos como objetivos imposibles o monstruos que se vienen sobre nosotros amenazando nuestra permanencia en el mercado como individuos o propietarios de pequeños negocios que aún no nos subimos al carro de las tecnologías de la información salvo para recibir un e-mail (en algunos casos incluso un fax).


Obviamente el mundo ya no está funcionando a ese ritmo, las cosas han cambiado y ello obliga a los individuos a evolucionar. Muchos aún se asustan cuando se les entrega un teléfono móvil con Android que contiene una aplicación de la compañía con la que se mantiene actualizada la información de inventarios, y algunos incluso pretenden no utilizarla por “compleja e inútil