La innovación y el crecimiento sostenido son clave para la consolidación empresarial, sin embargo, en el camino a lograr una empresa que crezca de manera orgánica pueden perderse de vista algunos factores importantes para el entorno emprendedor. 

“Es común que cuando las empresas empiezan a crecer se relacionen con otras firmas más grandes en su sector, adoptan procesos sofisticados y pierden de vista que es importante incluir también a los pequeños productores en los modelos de negocio. Si poco a poco todos tiramos de la carreta, el entorno empresarial puede crecer aún más”, así lo explica Jorge Morfín, fundador de Koon Artesanos, una firma de piezas elaboradas en piel.

La empresa se formó en  2002 con una inversión que alcanzaba apenas para conseguir algo de materia prima y herramientas de trabajo; su personal se constituía de un carpintero y un talabartero, y la comercialización se realizaba a través de pequeños distribuidores.

Después de casi 10 años, la empresa tiene su propia fábrica, y más de 10 tiendas en varias ciudades del país, pero mucha de la clave de su desarrollo obedece a su proyecto de inclusión.

Como parte de su décimo aniversario, la firma decidió realizar un proyecto de colaboración denominado ‘Koon+artesanos’ que implica la integración del trabajo de artesanos de cuatro comunidades para elaborar productos con diseño exclusivo e incrementar la propuesta de valor de los productos de Koon.

Las cuatro localidades que participan con la empresa son: San Pablito, Puebla (con Bordado a mano de chaquira), Tenango, Hidalgo (con bordado otomí), Panteló, Chamula y San Andrés en Chiapas (las tres con telar de cintura y bordado a mano).

“Estas técnicas se suman a la confección de artículos en piel, nuestro objetivo es ser congruentes con las raíces que siempre hemos querido defender al apostar por artesanías de alta calidad, que no sólo sean decorativas, sino que se adapten a las necesidades cotidianas”.

La fábrica de Koon Artesanos ya incorporó un taller de tejedoras para reforzar el proyecto artesanal, la firma ha elevado la apuesta porque sus tiendas no sólo sean escaparates, sino que permitan conocer la procedencia de las piezas.

“El sueño es incluir más comunidades y diseños, llevarlo a la realidad es un proceso largo, hemos ido a museos y participado con proyectos de arte popular, cuando lo ves en gran escala es una labor realmente reconfortante porque al final del día sabemos que hacemos algo positivo para el desarrollo de los pequeños productores”, explica Jorge Morfin.

Toda la piel que se utiliza para en la producción de las piezas de Koon Artesanos tiene certificación de que proviene de los animales utilizados para consumo humano.


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